Las sales de bencenodiazonio son atacadas por nucleófilos en presencia de sales de cobre (I) que actúan de catalizador, obteniéndose una gran variedad de productos.
La fluoración del benceno es muy difícil de controlar debido a su carácter exotérmico. Por ello la introducción del flúor en el anillo se hace mediante la reacción de Schiemann, que consiste en la descomposición térmica de tetrafluoroboratos de diazonio.